Hace unas
semanas mi amigo José Luís me encargo que le reparara la puerta de entrada al
jardín. Es una puerta de madera de iroko, muy bien terminada y que no ha
sufrido dilataciones ni grietas, incluso
después de haber estado totalmente expuesta al agua, viento y sobre todo al
sol. El problema que tuvo fue que la barnizaron y no ha durado demasiado,
presentando un aspecto muy deteriorado después de tres años como se aprecia en la
foto.
He pulido
gran parte de la superficie y la he lijado en profundidad para eliminar todos
los restos de barniz. He dado un aspecto un poco más rustico a la puerta con el
pulido y posteriormente he aplicado dos manos de Xilocrom en tono castaño. En
las testas de la madera para proteger sobre todo de la lluvia, apliqué hasta
cuatro manos, ya que por esa zona es donde penetra más el agua y estropea más
la madera. Este ha sido el resultado:
Con poco dinero hemos dejado la puerta como nueva.