Aprovechando unas vigas de madera que se usan para el transporte de tubos de canalización de agua, he utilizado dos de ellas para unirlas entre sí y hacer una viga de 18 cm de ancho X 9 cm de grueso y 180 cm de largo, para hacer una estantería.
Cada viga mide 9 cm x 9 cm y 2 m de largas y necesito unirlas. Para ello hay una técnica que da muy buen resultado y es sencilla.
Con una simple
varilla roscada que se puede comprar en cualquier ferretería y son
baratas, uno las dos vigas entre si con gatos de carpintero, atravieso las
vigas con una broca de unos 20
cm, haciendo tres agujeros uno en cada extremo y otro en
el centro. Paso la varilla por los agujeros y coloco una tuerca en cada lado.
Aprieto las
tuercas una por cada lado y así se van uniendo las vigas entre sí,
desapareciendo las separaciones entre ellas. Una vez queden bien unidas y
apretadas sobrará varilla, por lo cual cortamos los sobrantes de varilla,
incluso las tuercas quedaran hundidas de la superficie de la madera, de esta
manera se ocultaran mejor posteriormente. Una vez bien unidas, pulimos toda la viga, aplicando cola de carpintero en las posibles fisuras que hayan quedado entremedias, y envejeciendo con imitación a carcoma y golpes por toda la superficie.Con el cepillo de alambre se dá un buen repaso a toda la viga sacando así toda la beta. Una vez acabado de envejecerla, se dá una mano de lija fina.
Esta técnica da un aspecto muy antiguo y real a la viga.
Esta técnica da un aspecto muy antiguo y real a la viga.
La idea de
esta estantería es hacer una viga gruesa de pared a pared, descansando en dos
zapatas.
Recuperé
estas zapatas de madera en la restauración de una antigua pérgola. Las he
cortado, limpiado y pulido para volver a utilizarlas como base de la estantería.
Así
quedaron una vez limpias.